DE RUTA

El pasado fin de semana recorrimos 2000km de mitin en mitin. El viernes nos dirijimos a Salvaterra a pasar la noche, para el sábado bien temprano salir en dirección Salamanca, tardamos 4 horas hasta llegar, pero como ya dije anteriormente, me relaja ir en el coche mirando el paisaje (conducir no, yo prefiero ir de pasajera).

Después del mitin volvimos a subirnos al coche, esta vez rumbo a Ocaña, donde hicimos noche, pues nuestro destino era Granada, pero al ser ya de noche era mejor descansar y seguir por la mañana, lo cierto es que, aunque me gusta viajar, y el coche me relaja, ese tramo se me hizo largo, pues estaba mala de la garganta y de vez en cuando me empezaba a picar y no era capaz de dejar de toser, y al ir con más personas en el coche, pues me sentía incómoda por molestarles y además me encontraba bastante mal.

Al día siguiente amanecí mejor, y continuamos recorriendo las carreteras de España hasta llegar a Granada. Una vez allí, almorzamos y disfrutamos del mitin, que, por lo menos a mí, me gustó mucho más que el de Salamanca.

Al terminar, dormimos en Granada y volvimos a casa al día siguiente por la mañana, casi 10 horas en el coche, que, aunque parezcan mucho, no se hicieron tan largas.

Lo cierto es que disfruté mucho del viaje y me estoy enganchando a esto de poder ir a varios sitios de España y disfrutar del atletismo (como espectadora) y de ver en directo las carreras de mi pareja, que nada tiene que ver las sensaciones del directo con las de la retransmisión telefónica que me hace después de competir.

Con esto pretendo explicar el sentimiento de libertad que produce el poder viajar, aunque en coche sean muchas más horas que en avión, lo cierto es que mirando por esa ventanilla te sientes bien contigo misma, feliz, conociendo nuevos lugares. Yo soy partidaria de aprender con la experiencia, y para ello viajar es una de las mejores maneras, pues de cualquier cosa puedes aprender algo y si además vas en compañía podéis compartir vuestras experiencias y aprender todos de todos. 

Os recomiendo conocer lo que tengáis a vuestro alrededor, disfrutad de las pequeñas cosas, de la vida en general, de respirar aire fresco y de los momentos de desconexión, porque si quieres ser feliz, lo más importante es saber apreciar lo que tienes y no centrarte en lo malo. 

Disfruta del viaje de tu vida.